El futuro de un(a) niñ@ es más importante que cualquier empresa o trabajo de los padres, o la pérdida de un punto en la bolsa de valores de los banqueros, o el índice de las altas y bajas en las encuesta electorales de los políticos de turno. Es lamentable como los medios hablan más sobre cualquiera de estos temas y no tocan el futuro de los niños(as).
El futuro de un(a) niñ@ es importante. Hay que enseñarles a tener visión, fijarse metas, cronogramadas. Hay que enseñar a nuestros hijos que, si no se sabe hacia dónde ir, nunca sabremos cuándo llegar y peor aún, si no sabemos cuál es el camino.
En Génesis dice que Enoc caminó 365 años agradando a Dios.
Que nuestro desafío sea caminar 365 días agradando a Dios, y todos los años que nos quedan.
Los que conocen el Camino son aquellos que han escuchado y luego aplicado en sus vidas las sencillas y certeras enseñanzas de Dios por medio de Jesús. No hablo de una vida religiosa o de ir al “culto” Sino de haber comprendido que somos vasos de honra, para ser receptor de bendición para bendecir a todos los que nos rodean.
Eduquemos a los niñ@s, desde una perspectiva con sentido más allá de temporalidad. Ellos no son el futuro, son la realidad presente con perspectiva de futuro.
RECUÉRDALES QUE DIOS NOS CREO PARA SER MÁS QUE VENCEDORES.
